PRESENTACIÓN:
ME PERMITO REMEMORAR UNA ANÉCDOTA CUYA FUENTE SE ENCUENTRA EN LAS NARRACIONES QUE ME HICIERA HACE AÑOS EL ESCRIBANO HÉCTOR ESTEBAN TAMAGNO.
ESTA EVOCACIÓN CONLLEVA UN SINCERO HOMENAJE A LOS COLEGAS DE LAS DISTINTAS DEMARCACIONES DEL PAÍS CUYOS TESONEROS ESFUERZOS HICIERON POSIBLE LA SANCIÓN DE LAS LEYES ORGÁNICAS NOTARIALES.
- UNA CENA ACCIDENTADA EN EL COLEGIO NOTARIAL
La perseverante tarea desplegada por el destacado escribano Antonio Lorenzo Colomar, durante sus mandatos como presidente del Colegio de Escribanos de la Provincia de Santa Fe, que alcanzara su cenit con la sanción de la Ley Orgánica Notarial Santafesina (ley 3330) se enmarca en el espectro de los tesoneros esfuerzos llevados a cabo a nivel nacional por el notariado durante las primeras décadas del siglo XX, teniendo en miras su organización institucional.
Entre los objetivos expresados en las leyes orgánicas notariales, se incluye uno de especial trascendencia: el estímulo de la camaradería entre los colegas. No resulta novedoso recordar que los eventos gastronómicos, abundantes en comidas y bebidas, contribuyen desde tiempos inmemoriales a la consecución de ese propósito. Los romanos y pontífices renacentistas eran muy versados en la materia, con la particularidad de que tales banquetes resultaban en ocasiones sumamente útiles para desvincularse de algún rival molesto, mediante el agregado de suficientes dosis de veneno a las copas que gentilmente se servían a los invitados… El Papa Rodrigo Borgia (Alejandro VI), entre otros personajes históricos, aplicó con eficacia el procedimiento referido en su perenne lucha con sus innumerables rivales…
Los hechos que aquí se rememoran ocurrieron en ocasión de una cena realizada durante el siglo pasado, en la histórica sede de calle Córdoba 1848 en la etapa de aquellos años fundacionales del Colegio, durante el transcurso de la década del 50.
La opípara cena , servida en aquel entonces por el casero del Colegio Luigi Bocchi, un talentoso italiano que arribara a nuestras playas finalizada la Segunda Guerra Mundial, había alcanzado su punto culminante.
Pausadamente los colegas se retiraban de la sede ganando la calle. Más de uno se desplazaba con mucha cautela, midiendo sus pasos en un intento tendiente a paliar la inevitable disminución de sus reflejos, efecto previsible de la generosa ingesta de comida, regada con abundantes cantidades de vino y las infaltables copas de sidra o champagne, acompañado el aromático café con coñac o generosas medidas de selecto whisky escocés, bebida esta última que según susurraban algunas malas lenguas, fuera adquirida en aquella ocasión eludiendo molestas restricciones aduaneras.. .
Ocurrió un accidente previsible: un conspicuo fedatario, bajo los efectos de un significativo grado de alcoholemia, trastabilló mientras bajaba por la escalinata que conduce a la puerta de entrada concluyendo su salida de la sede institucional tumbado en la vereda y acusando algunos golpes en la cabeza, matizados con algún sangrado.
Inmediatamente un directivo se comunicó con el médico auditor de la Caja Notarial por aquel entonces el doctor Taltavul, cuya vivienda y consultorio se encontraban a escasas tres cuadras del Colegio, frente a la céntrica Plaza Pringles. Visiblemente fastidiado, el galeno se limitó a dar instrucciones telefónicas relativas a los primeros auxilios y cortó la comunicación. No se incluía entre sus planes trasladarse a esas altas horas de la noche a la sede del Colegio para atender al colegiado cuyas magulladuras, resultado de sus imprudentes excesos gastronómicos, no revestían mayor gravedad.
Cuando se disponía a retomar su descanso, no sin antes mascullar algún improperio, el médico reticente recibió una nueva llamada telefónica. Al contestar, escuchó la voz inconfundible del presidente del Colegio Antonio Colomar: “ doctor , si usted no se presenta en el Colegio dentro de 10 minutos, el próximo lunes cesa en sus funciones como médico asesor de la Caja Notarial”.
En enero de 1977 aquel galeno, protagonista de la anécdota que aquí se rememora, en su histórico consultorio sito frente a la Plaza Pringles, examinó con la minuciosidad profesional que lo caracterizaba a quien esto escribe a los fines de su ingreso como afiliado a la Caja Notarial.
Rosario, 29-03-2022.
- Jorge Arévalo.