COSA E’ MANDINGA
Por Esc. Enrique Filippini
Suena el teléfono.
Hola, señor Luna?
“Cantalicio Luna, pa servirle”.
Le habla el escribano Joaquín Distante, de Rosario. La empresa “La Multihectárea SA” me ha encargado la certificación de su firma en el contrato de arrendamiento del campo.
Usted no tiene que venir para Rosario uno de estos días?
“No, escribano. Estoy sembrando la soja y tengo que terminar antes de que llueva y eso va a ocurrir dentro de unos cuantos días”.
Y dónde está usted ahora Cantalicio?
“Aquí en el campo, yendo pal pueblo. Espere que salgo a la banquina y me bajo de la chata”.
Perdón?
“Sí, sí, de la RAM, la camioneta. Decía escribano?”
Tiene señal ahí Cantalicio?
“Bueno, aquí veo un cartel a unos 200 metros que indica que hay un paso a nivel del ferrocarril”.
NO, no, me refería a si tiene señal del teléfono para poder hablar sin que se corte la comunicación.
Si usted pudiera venir a Rosario, se viene con el token y en un ratito queda libre.
“No, yo si voy, voy con el Cacho, mijo mayor que trabaja el campo aquí conmigo, quién es ese tal token?”.
“Pero va a tener que ser recién la otra semana, o la otra, cuado empiece a llover”.
No importa, entonces le puedo certificar digitalmente su firma desde aquí, desde Rosario.
“Cómo me va a certificar la firma a mí que estoy aquí a 200 kilómetros, usted que está allá en Rosario? Me está cargando, escribano?”.
No, Cantalicio. Es un nuevo procedimiento de certificación a distancia, yo le puedo tomar la firma desde acá, la firma digital
“Si usted lo que quiere es que ponga la huella digital, es lo mismo, el dedo lo tengo yo acá, y usted tiene la almohadilla allá.
Cómo hago?
Mire Cantalicio, esto es así:
Yo me comunico con usted por una video llamada, que detecta donde usted está con la ubicación geo referenciada, lo identifico con la imagen suya que aparece en la pantalla del teléfono como cuando usted entra al Banco, vió?, sólo que el sistema lo identifica por el Renaper, y usted me muestra en la pantalla de su teléfono su DNI.
Seguidamente yo le muestro a usted el contrato de arrendamiento que tiene que firmar, usted lo lee en la pantalla, y abajo, donde la marqué una crucecita con lápiz, lo firma.
“Y cómo hago pa firmarlo?”
Hace la firma con el dedo en la pantalla de su celular y listo.
“Yo lo firmo aquí en el vidrio de la pantalla, dice, y la firma sale allá en Rosario?
Sí, sí, claro, esto queda todo grabado y tiene el mismo efecto que si usted viniera hasta Rosario y firmara el contrato aquí delante mío, yo hiciera la certificación en soporte papel, y luego certificara una copia digitalmente porque la empresa la necesita en formato digital para presentarla ante la ARCA, que es como se llama lo que era la AFIP. Esa una cuestión técnica, se crea un hush (se escucha “hashhh”).
“A quién le está diciendo que se calle, a mí?”
No, no, a usted no, quédese tranquilo.
“Faaa, cosa e mandinga!!”. Lo que es el progreso!
Y si, usted antes se trasladaba en un carro tirado por un caballo, y ahora anda en una Ram de 300 caballos!
“Por las dudas me voy a parar apuntando pal norte hacia Rosario, porque si me pongo de frente al oeste la firma puede ir a parar a Córdoba, en una de esas. Y en Córdoba nadie va enteder qué hace una firma suelta andando por ahí. Ustedes los escribanos hacen intercambios en esos casos entre ustedes?”
“Le pregunto, el contrato ése, tiene muchas hojas?”
Por qué me pregunta eso Cantalicio?
“Porque acá ahora hay un viento bárbaro, y si usted me lo muestra desde allá por la pantalla, no sea cosa que me llegue y cuando yo lo vaya a leer se me vuelen las hojas!”
No, Cantalicio, eso no va a pasar.
Entonces lo hacemos ahora. Yo corto. Lo vuelvo a llamar pero por video llamada.
Vuelve a sonar el teléfono.
Atiende Cantalicio.
Cantalicio, se va a tener que sacar la boina para que el sistema de reconocimiento facial funcione. Esa boina que tiene, como las de los Peaky Blinders.
“Lo qué?”
No, nada, decía que es una boina canchera, como las que usaban los muchachos de las pandillas de los años 30 en Inglaterra.
Terminado el trámite, se saludan y corta la comunicación.
Al rato suena el teléfono del escribano.
“Hola escribano, soy Cantalicio, se acuerda de mí?. Hace un rato usted hizo esa certificación medio extraña de mi firma”.
“Me quedé pensando si la firma llegó bien allá y pudo terminar el trámite”.
“Porque hace unos meses ví una película que se llama “La Mosca”, y el tipo que era medio genio quería transportarse de un lugar a otro metiéndose en una cabina del laboratario y encendiendo la máquina. Cuando lo hizo, funcionó, pero como justo se le había metido una mosca en la cabina, cuando el tipo apareció en otro lugar tenía una cabeza grandota de mosca y la mosca tenía la cara del tipo”.
“Por eso le pregunto si la firma llegó bien a Rosario”.
“Ah escribano, otra cosa. Cuando llegué a casa le comenté a mi nieto el dotor, y él me preguntó: Y el principio de inmediatez que es uno de los pilares del notariado? Yo la verdad, no le entendí pero no le quise preguntar a él”.
“Y eso de la inmediatez, qué viene a ser, escribano? Por curiosidad, no más, le pregunto”.
Hola, hola, se me corta la comunicación Cantalicio.
Bueno, bueno, hablamos en otro momento, saludos a la patrona.
efili50
nov/2025